Hace unos días leí que
la patronal de los autobuses pide que se cierre bla bla car. Pensé en un amigo mío, en paro y buen cocinero, que lleva tiempo preparando las comidas en su casa, pues su mujer trabaja, y que muchos fines de semana tienen como invitados a varios matrimonios amigos: la patronal de la hostelería no debería enterarse que sus amigos contribuyen a su economía familiar con cinco euros por comensal. No es sólo el gobierno quien desea tenernos controlados a todos.